3.4 Aragón

 

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Cimborrio de la Catedral de Teruel

 

 

 

En el mudéjar aragonés, la influencia del arte Taifa de la Aljaferia se funde con las formas estructurales del gótico mediterráneo, en cuanto interesan los grandes espacios, que facilitan la creación de grandes superficies que se decoran profusamente, con cerámica esmaltada. Son muy características las organizaciones decorativas llamadas de "dechado", en cuanto se disponen sucesivas fajas horizontales con infinita variedad de motivos decorativos.

Las iglesias de una nave son características también, como gran salón, con capillas laterales y riquísima decoración en los muros, esgrafiados, pintura y yeserías, según se puede apreciar en las iglesias de Santa Tecla en Cervera de la Cañada, Torralba de Ribota y Tobed, por ejemplo.

Sobresale por su riqueza la decoración exterior de la Parroquieta  de la Seo de Zaragoza, uno de los más bellos y sorprendentes ejemplos de decoración, como en Aniñón.
Son asimismo muy característicos los cimborrios de ladrillo con bóvedas de influencia islámica y muy decorados, como los de la Seo de Zaragoza, catedral de Teruel y Tarazona. Se prodigan también las techumbres, a veces con pinturas como en Mesones de Isuela y en la catedral de Teruel, otras ricamente decoradas con lacerias, y dorados, como en el salón del trono de la Aljafería de Zaragoza y en la Parroquieta de la Seo de Zaragoza.


Las torres aragonesas se caracterizan por la profusión decorativa de los paramentos, con empleo frecuentemente de la cerámica esmaltada y, en todo caso, labor de "dechado" mencionada anteriormente. Son cuadradas como las de San Martín y El Salvador de Teruel, y las de Ateca y Maluenda, entre otras, o bien responden a un tipo gótico mediterráneo, es decir, poligonales, como las de Tauste, Utebo y las de San Andrés y Santa María de Calatayud.

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